Por Carlos Alvarez Cozzi
En pocas horas, el domingo 24 de noviembre, el Uruguay
superará el trance y saldrá seguramente de quince años de
gobiernos de la izquierda que han sido niveladores para abajo,
que no solucionaron los problemas de seguridad ni de empleo en
el país, que alimentaron una cultura no de trabajo sino de
dependencia del Estado por medio de bonos que da el MIDES. Y
que por encima de todo ello no potenciaron la educación como
verdadera política social para la auto-superación personal, para
que se les enseñe a los jóvenes a pescar para no tener que darle
el pescado. Cultura del pobrismo que siempre fue favorecida por
la izquierda como forma de tener votantes cautivos.
Pero que fue lo que sucedió? Por qué les falló la fórmula?
Pues porque la población por esa alimentación del pobrismo con
fines electorales, y con los despilfarros de recursos públicos que
han existido en años de bonanza económica, ya no da más con la
carga impositiva que tiene el país que ahoga al que produce, lo
que provocó la aparición del Movimiento Un Solo Uruguay por
ejemplo, que reclamó políticas para el agro y al cual el
presidente saliente desafió para verse en las urnas. Y ellas
hablaron el 27 de octubre y hablarán más contundentemente el
domingo 24 de noviembre.
No será fácil la transición porque el décifit fiscal es 5 puntos del
PIB y la deuda externa del país en 15 años se ha cuadruplicado.
Pero seguramente, el nuevo equipo de gobierno, proveniente de
la coalición de todo el arco opositor con mayoría parlamentaria
electa, con aire fresco, asumirá el próximo 1o de marzo y
afrontará con decisión esos problemas que un gobierno saliente,
que hace la plancha hace tiempo, no puede siquiera tratar de
enfrentar.
El desafío y la oportunidad están ahí, hay que aprovecharlos.
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