En todo el mundo se están aprobando normas (leyes, reglamentos) a nivel nacional, provincial, municipal o en los ámbitos educativos de primaria a la Universidad, para prevenir y sancionar los abusos sexuales que van del simple acoso a conductas más molestas o violentas. Todo esto está muy bien pero siempre y cuando siga reglas de lógica y moderación y sobre todo el o la denunciada tenga las garantías del debido proceso.
Por qué decimos esto? Pues porque ya ha habido tantas falsas denuncias que da pena observar como profesores intachables son falsamente denunciados por alumnas o alumnos que por rencor por haber perdido su examen buscan ensuciar al docente.
Y conocemos esto en carne propia. Por eso pedimos disculpas por citar nuestro caso. Quien escribe este artículo en 2012 fue objeto de una falsa denuncia de discriminación por parte de alguien que nunca fue su alumno. Se trataba de un travesti que siendo hombre había cambiado al parecer, legalmente su identidad y nombre como mujer, de acuerdo a la ley uruguaya de cambio de sexo registral. Lo cual no nos consta porque nunca vimos documentación alguna.
Ese sujeto, que luego fue condenado por la Justicia por varios delitos y que cumple su pena actualmente, logró antes de que sucediera lo que acabamos de decir en relación a su caída en desgracia, que el Consejo de la Facultad de Derecho de la UdelaR le solicitara seguramente la presentación de esa falsa denuncia en nuestra contra como forma de excluir al autor de esta nota de los cuadros docentes de esa Casa de Estudios (siendo que el autor ya hacía años Catedrático en otra Facultad de la misma Universidad), para perpetrar una persecución personal e ideológica de la cual nuestros alumnos de 2012 fueron testigos y víctimas a la vez, dado que no se nos permitió a fin de ese año tomarles examen.
Por tanto, adviértase la gravedad de que estos instrumentos puedan usarse en forma torcida y sin consecuencias para los falsos denunciantes. Porque en el caso del autor de esta nota la Facultad jamás le dio siquiera vista de la falsa denuncia, lo que demuestra que más que Facultad de Derecho lo es de la arbitrariedad y además confirma su conciencia de la sinrazón de la misma y nunca permitió que el autor de este artículo la conociera. Por tanto, nos dejó en absoluta indefensión. Los recursos administrativos interpuestos nunca fueron resueltos, lo que también demuestra que fue una clara persecución. Al punto que seguimos siendo hasta la actualidad Catedrático Grado 5 de la misma Universidad aunque en otra Facultad.
Habrá a partir de ahora un ejercicio de la docencia a la defensiva por parte del docente porque deberá extremar el cuidado de no ser objeto de denuncias falsas y persecutorias.
Por eso el Rector de UdelaR en Uruguay ha expresado la preocupación que habrá que tener en esta materia por parte de las autoridades. (https://www.subrayado.com.uy/udelar-cambia-el-protocolo-denuncias-acoso-garantizar-privacidad-n543091)
Lo que en verdad va en contra de los intereses de los estudiantes, en los casos de falsas denuncias, que se benefician cuando el profesor es cercano para realizarle las consultas necesarias sobre la materia o el examen.
Las denuncias que fueren ciertas, bienvenidas, pero dándole al docente las garantías del debido proceso y defensa.
A esto nos ha llevado la ideología de género y el feminismo radical que adhiere a esa ideología, lamentablemente.
CARLOS ALVAREZ COZZI.
Abogado y catedrático.
@dralvarezcozzi
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