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Foto del escritorCarlos Álvarez Cozzi

El Parlamento lituano declara la maternidad subrogada contraria a la dignidad

de las mujeres y los niños

Por amplia mayoría de votos y en la línea que impulsamos en el

Derecho Internacional de los Derechos Humanos


Por Carlos Alvarez Cozzi


El Parlamento lituano aprobó el pasado 25 de junio por abrumadora

mayoría de votos (54 contra 4 y 3 abstenciones) una “Resolución que

condena todas las formas de maternidad sustitutiva“. Presentada por

diputados democratacristianos, el texto fue apoyado por miembros de otros

partidos, en particular los verdes y los socialdemócratas.

La resolución señala en primer lugar que la práctica de los vientres de

alquiler es contraria a muchos tratados internacionales: los que

prohíben la venta de niños, la trata y la esclavitud, los que garantizan los

derechos de la mujer, en particular contra la explotación de sus órganos

reproductivos, los que protegen los derechos del niño o rigen la filiación, la

adopción o incluso la biomedicina. También recuerda una serie de

resoluciones del Parlamento Europeo e informes internacionales que ponen

de relieve la violación de la dignidad de las mujeres y los niños

afectados, que son tratados como mercancías, y los altos riesgos de trata

de personas asociados a esta práctica. Por último, el Parlamento lituano

pide que se prohíba la gestación subrogada en la legislación lituana.

El Parlamento hace hincapié en la diferencia entre la adopción, que se

practica en interés del niño y tiene por objeto poner remedio a una situación

dolorosa existente, y la gestación subrogada, que se centra en el deseo

de los adultos de “tener” un hijo concebido con ese fin, y que supone

poner fin deliberadamente a una relación familiar. Observa que la

disociación de la maternidad entre sus dimensiones genéticas, biológicas y

sociales y la multiplicación de las reivindicaciones sobre el niño que

provoca, conducen al desorden y a la inseguridad jurídica.

El Parlamento observa además que todos los intentos de regular la

maternidad sustitutiva sólo han fomentado el turismo reproductivo y la

explotación de las mujeres en los países pobres. También subraya que


esta práctica -ya sea abiertamente comercial o supuestamente altruista- es

una forma moderna de esclavitud y trata de personas y no puede

justificarse ni legal ni éticamente.

El Parlamento llega a la conclusión de que sólo la condena completa y

definitiva de todas las formas de maternidad subrogada puede

eliminar esta práctica, que viola los derechos y la dignidad del ser

humano. Por lo tanto, pide al Presidente de la República, al Gobierno y al

Ministro de Relaciones Exteriores que condenen todas las formas de

maternidad sustitutiva. Además, les pide que adopten medidas eficaces a

nivel europeo, del Consejo de Europa y de la Unión Europea, para

garantizar que esta práctica esté prohibida como forma de trata de mujeres

y niños, y que los Estados sean libres de negarse a reconocer las falsas

filiaciones establecidas en el extranjero sobre la base de la subrogación.

Asimismo pide que se impongan fuertes multas a quienes participen en

contratos internacionales de subrogación, incluidos los organismos médicos

y jurídicos y los intermediarios.

https://www.forumlibertas.com/lituania-maternidad-subrogada/


Ya nosotros hace algún tiempo escribíamos:

(http://www.alertadigital.com/2016/04/08/la-maternidad-subrogada-y-

los-vientres-de-alquiler/)

Lo que podía suceder con la maternidad subrogada y los vientres de

alquiler, ya está sucediendo lamentablemente, y en claro perjuicio

del “interés superior de los menores”. Por ello, algunos Derechos

Nacionales han regulado prontamente el tema, incluso prohibiendo

determinadas acciones dentro de esta práctica de la maternidad

subrogada. Y es totalmente lógico, toda vez que el interés de los

niños pareciera ser lo que menos importa.

Hubo una pareja en Estados Unidos de América que se separó

durante la gestación del embarazo que había contratado con una

chica, implantándole un óvulo no de la esposa, fecundado con el

esperma del esposo. La chica tuvo a el hijo y luego se planteó la

disputa entre los esposos por el tema de la tenencia del mismo, con

el ingrediente agregado que la esposa había pretendido antes que el

vientre contratado abortara porque ella se había separado y por ello

quería cancelar el contrato. Ahora se da éste, vinculado con


Tailandia, que narraremos seguidamente, que si bien tiene

elementos comunes, presenta algunas diferencias, porque la pareja

que encarga el embarazo es compuesta por personas del mismo sexo,

lo que origina dificultad agregada, pero igualmente deja al

descubierto el común barbarismo antinatural de la práctica, que

claramente va en perjuicio del sujeto que debería ser privilegiado y

protegido, que es el niño o niña.

Los medios digitales internacionales nos narran lo siguiente:

El proceso judicial que enfrenta al estadounidense Gordon Lake y su

pareja, el español Manuel Santos, con la mujer tailandesa, Patidta

Kusonsrang, que gestó a una niña tras la ‘contratación’ de su

embarazo ha quedado visto para sentencia. Ahora un tribunal de

Bangkok deberá decidir si la niña, que ahora tiene trece meses, se

queda con la madre o bien con la pareja que pagó por sus servicios.

“Somos optimistas (…) esperamos que el veredicto diga que somos

las personas adecuadas con las que tiene que estar Carmen”, apuntó

Lake a los medios tras la conclusión de las vistas en el Tribunal

Central Juvenil y de Familia, en el norte de la capital tailandesa.”

Tras meses de batalla legal, prosigue la información, “el próximo 26

de abril el juez pronunciará su decisión. De lograr la potestad sobre

la menor, el matrimonio Lake-Santos espera poder viajar al día

siguiente y salir de Tailandia tras trece meses sin abandonar el país”.

“Ha sido un camino muy largo desde que Carmen naciera en el 17 de

enero del 2015 y diez días más tarde la mujer que la dio a luz dijera

que se quería quedar con la pequeña”, indicó el estadounidense. Y es

que la anormalidad de que una madre se deshaga de un hijo por un

módico precio va en contra de todas las leyes naturales y las

pulsiones maternales.

Tras el denominado “proceso de subrogación” (una forma de

encubrir el concepto “vientre de alquiler”), nació Carmen Lake,

concebida con el esperma de Gordon y el óvulo de una donante

anónima y gestada por la tailandesa Patidta Kusonsrang. Los

problemas surgieron cuando Patidta, quien en el hospital firmó los

papeles que le otorgan la paternidad a Lake, no acudió a la embajada

de Estados Unidos en Bangkok para ultimar la documentación

necesaria a fin de que la bebé pudiera salir de Tailandia.


El matrimonio Lake-Santos, quienes tienen otro hijo conseguido por

este método de pago hace más de dos años en India y quien se

encuentra en la actualidad en España reclamaron la custodia en los

tribunales. Patidta expresó por entonces sus reservas debido a que

los padres “no son normales”, en referencia a su orientación sexual.

Un ingrediente muy importante en el caso es que el Parlamento

tailandés, concluye la información referida, promulgó en febrero de

2015 leyes que prohíben a los extranjeros acceder a madres

subrogadas, tras controvertidos incidentes con hijos subrogados de

una pareja australiana y un japonés.

Creemos que el tema amerita y en forma urgente la celebración a

nivel de Naciones Unidas de un tratado internacional que regule la

práctica, prohibiendo todo lo que vaya contra el interés superior de

los niños, para lo cual los organismos de protección internacional de

los derechos de los niños deberían tomar la iniciativa

correspondiente.

Una buena noticia es esta del Parlamento de Lituania, que se agrega

al de Tailandia, antes citado, y que encabeza este artículo.

Esperemos que se repique por otros Estados y sobre todo que se

prohíba a nivel convencional, como expresamos hace tiempo, por el

mayor valor que los tratados tienen sobre las legislaciones internas,

sobre todo en temas de derechos humanos.

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