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Foto del escritorCarlos Álvarez Cozzi

EL VOTO CRISTIANO Y EL BALOTAJE EN URUGUAY


Por Carlos Álvarez Cozzi

Hace unos días, luego de cartas de apoyo a la candidatura de

Daniel Martínez firmadas por artistas e intelectuales, y otra por

docentes, apareció en la prensa una suscrita por personas que

invocan su calidad de cristianos, también apoyando y pidiendo el

voto para Martínez.

Entre los argumentos que esgrimían estaba el de que el FA

siempre tuvo un sector cristiano y que el compromiso con las

políticas sociales condecía con ese apoyo.

Ante esto debemos recordar que si bien cuando se formó el

FA, uno de los sectores fundadores del mismo fue el PDC, (escisión

histórica de la Unión Cívica del Uruguay), incluso su lema fue usado

para las primeras elecciones a las cuales compareció la coalición,

porque usar el del Partido Comunista a la mayoría le pareció

inconveniente, prontamente en 1984, en memorable video que aun

figura en youtube, el Arq. Juan Pablo Terra, uno de sus fundadores,

anunció su alejamiento del FA por estar en desacuerdo con

actitudes de los sectores de izquierda. Y fue justamente que a partir

de la decisión de 1971 del PDC que se produce la escisión del

Movimiento Cívico Cristiano, luego llamado Unión Radical Cristiana

y desde 1980, nuevamente Unión Cívica, obteniendo

representación parlamentaria hasta 1989. Allí permanecieron los

católicos ortodoxos que jamás estarían dispuestos a formar alianzas

con los comunistas y socialistas y mucho menos con tupamaros,

dado los medios que utilizaron históricamente, por una cuestión de

principios, que incluso ingresaron tardíamente al FA por la clara

oposición del General Seregni para que ello aconteciera. Eso

también la carta que comentamos se cuida de recordar.

Ante las afirmaciones de la carta que comentamos, debemos

decir que fue en los 15 años de gobierno del FA que se aprobaron

por su impulso leyes que, siguiendo la agenda de la ideología de

género, contradicen gravemente no sólo principios de respeto a la

vida humana sino también principios innegociables de la moral

cristiana, como los denominó Benedicto XVI, referidos a la vida, a la

familia y a la salud, sobre lo que la carta calla. Legalización del

aborto, matrimonio homosexual, adopción por parejas

homosexuales, ley de cambio de sexo registral, ley trans,

legalización del cannabis y otras, hacen que los cristianos y en

especial los católicos conscientes, en su gran mayoría, no daremos

nuestro voto a Daniel Martínez en este balotaje sino a Luis Lacalle

Pou, más allá del partido de oposición por el que hayamos optado el

27 de octubre. Cabe concluir entonces que la carta de marras tiene

omisiones y falta a la verdad en cuestiones centrales de la moral

cristiana, que rechaza si el capitalismo salvaje pero también el

marxismo, que el papa Pío XI calificaba de intrínsecamente

perverso.



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