Análisis comparativo entre los instrumentos de 1879 y de 2017
Por Carlos Alvarez Cozzi
I) Introducción. Panorama del Derecho Internacional Penal Convencional.
Sin dudas que uno de los instrumentos básicos del Derecho Internacional Penal sigue siendo la extradición. En particular para los Estados que habiéndose incorporado a bloques internacionales, no han tranferido parte de su soberanía estatal, como sí es el caso de la Unión Europea. Por ello la extradición de criminales sigue siendo necesaria. Si bien es cierto que en las últimas décadas la regulación convencional de la asistencia penal internacional demandó más atención a los Estados, tanto por la celebración de convenciones multilarerales como así de convenios multilaterales, sea en crimen organizado transnacional como para delitos comunes, en todos los tratados de delincuencia organizada se reguló el instituto que nos ocupa.
En el caso del Uruguay, a nivel de tratados bilaterales, el existente con Italia era del siglo XIX, y por ello se imponía, en virtud del paso del tiempo, el ajuste de un nuevo texto convencional, que finalmente se concretó en mayo de 2017, con la suscripción del que comentaremos en este trabajo.
El viejo tratado formaba parte de un grupo de bilaterales de extradición antiguos que el Uruguay aún mantenía en vigencia, como los también vigentes con Gran Bretaña (1884) o Suiza (1923). El impulso renovador de varios viejos tratados se dió en particular para nuestro país en la década de los años 90 en que se celebraron los nuevos con Chile, Argentina y España, los tres de 1996, que vinieron a sustituir también antiguos convenios. Pero luego ese impulso pareció detenerse. Sí se aprobaron nuevos instrumentos que prevén la extradición pero a nivel multilateral, en materia de crimen organizado sobre todo, tales la Convención de Naciones Unidas sobre Estupefacientes y Sustancias Sicotrópicas, de 1988, la Convención de Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional de 2000, la Convención de Naciones Unidas contra la Corrupción de 2003 y las Convenciones Interamericanas contra la Corrupción de 1996 o la de Asistencia en Materia Penal de 1992, en tanto la deExtradición de 1981 fue un claro fracaso dado el nivel casi inexistente de ratificaciones.
La gran ventaja y novedad de dichos instrumentos multilaterales fue establecer que la sola pertenencia y vigencia a esas convenciones, que prevén la extradición, dan base para pedir y otorgar extradiciones sin necesidad de la existencia de instrumentos bilaterales de extradición entre los Estados Parte, lo cual buscó facilitar la extradición de criminales.
II) Principales soluciones de la vieja Convención de Extradición de criminales entre Uruguay e Italia de 1879 comparadas con las del nuevo Tratado de Extradición de 2017.
El vigente Tratado se suscribió en Roma, el 14 de abril de 1879, habiendo sido canjeadas las ratificaciones en Montevideo el 16 de abril de 1881.
Cabe recordar que el 24 de marzo de 1972 se había suscrito entre los Estados Parte un nuevo tratado, el que sin embargo nunca llegó a aprobarse y estar vigente. El nuevo, como ya señalamos, se suscribió en Montevideo, el 11 de mayo de 2017 y aun no ha sido aprobado por el Poder Legislativo.
1) PERSONAS A LAS QUE SE APLICA EL TRATADO. El Tratado de 1879 se aplica a personas acusadas o condenadas por el Estado requirente que se encuentren en el Estado requerido (art. I), y el nuevo Tratado establece en el art. 1 que el mismo se aplicará a personas que se encuentren en el Estado requerido que hayan cometidos delitos en el Estado requirente, que se castiguen con medidas de privación de libertad, dispuestas en un proceso penal o por una sentencia de condena firme y en condición de ser ejecutada.
2) DELITOS EXTRADITABLES. El Tratado todavía vigente de 1879, dada su antiguedad, optó en el Art. II por el sistema de lista de delitos para que se pueda solicitar y otorgar las extradiciones, entre los cuales figuran el asesinato, el parricidio, el infanticidio, el aborto, el homicidio, el incendio, atentado al pudor, la asociación de malhechores, el soborno, entre otros. En cambio el nuevo en su Art. 2 sigue el criterio de la gravedad de la pena privativa de libertad, fijándola en dos años.
3) DELITOS EXCLUIDOS. DENEGACIÓN OBLIGATORIA. Se sigue la solución clásica de excluir los delitos políticos y conexos en el Art. II. Veremos que en el nuevo (Art. 3) se ha previsto la exclusión de ciertos delitos de la consideración de los mismos como de carácter político, siguiendo la tendencia del moderno Derecho Extradicional, tanto a nivel multilateral como bilateral. Se trata del homicidio y aquellos que atenten o pongan en peligro la vida, la integridad física o la libertad de un Jefe de Estado o de Gobierno o de un miembro de su familia; y las actividades de naturaleza terrorista, así como los crímenes de genocidio, lesa humanidad y crímenes de guerra o cualquier otro delito que no sea considerado como delito político a tenor de cualquier tratado, convenio o acuerdo internacional del cual ambos Estados sean Parte. Asimismo también forman parte de los motivos de denegación obligatoria en el nuevo Tratado (Art.3), lo que era imposible que figurara en el antiguo, si la persona fuera reclamada por motivos de raza, sexo, religión, condición social, nacionalidad u opiniones políticas o bien que la posición de dicha persona en el procedimiento penal pueda ser perjudicada por uno de los citados motivos.
Asimismo, en el nuevo texto se agrega que también serán motivos de denegaciòn obligatoria de la extradición, si el delito por el que se solicita la extradición en el Estado requirente pudiere ser castigado con la pena de muerte o con una que implique un trato cruel, inhumano o degradante. O con una pena privativa de libertad en forma perpetua, salvo que el Estado requirente brinde seguridades de que aplicará al reclamado una pena no mayor a la máxima admitida en la ley penal de la Parte requerida.Tampoco deberá otorgarse la extradición por parte del Estado rogado si la extradición se solicita en un juicio en rebeldía o si la persona reclamada ya ha sido juzgada por el mismo delito por las autoridades competentes de la parte Requerida y ha recaído sentencia firme a su respecto (principio de non bis in idem). No podrá darse la extradición si el delito por el que el que se le reclama está amnistiado, indultado o se le ha perdonado por el instituto de la gracia. Se excluye también en caso de prescripción del delito conforme a la legislación penal interna de cualquiera de las Partes. Los delitos militares tampoco son extraditables, conforme al art. 3 del nuevo Tratado. Siguiendo también el Derecho Convencional Penal comparado, se excluye la extradición en el nuevo Tratado en los casos en que el reclamado haya recibido asilo político, refugio u otras formas de protección internacional. El art. 3 agrega que será también causal de denegación obligatoria si la extradición pudiera comprometer la soberanía, orden público o intereses esenciales del Estado requerido.
4) DENEGACION FACULTATIVA.
El viejo Trado no establece esta previsión y si la prevé el Tratado nuevo en el art. 4 (“Motivos de denegación facultativa”). Se establece que el Estado requerido podrá no hacer lugar al pedido de extradición si conforme a su propio Derecho interno la persona reclamada se encuentra sometida o será sometida a proceso penal por las autoridades competentes del mismo Estado y por el mismo delito por el que se solicita la extradición.
5) EXTRADICION DE NACIONALES.
En este punto también existen importantes diferencias entre el Tratado antiguo y el moderno que lo sustituirá. Mientras que por el art. XI del actual se establece la no extradición de nacionales, aunque el Estado requerido se obliga concomitantemente a juzgar en su territorio y por sus tribunales competentes al reclamado, el Art. 5 del Tratado de 2017 expresamente establece que la nacionalidad de la persona requerida no podrá ser invocada para denegar la extradición.
Y se ha hecho muy bien porque la no extradición por motivos de nacionalidad es una excepción vieja y totalmente a-técnica. Recordemos que hace unos años el Uruguay solicitó la extradición a Italia de un militar uruguayo por delitos de lesa humanidad y más allá que la Embajada en Roma de la época presentó el pedido vencido el plazo previsto en el vigente Tratado, por ser nacional italiano el requerido, nunca hubiera podido ser extraditado. Esto cambia con el nuevo Tratado, en virtud de lo arriba expuesto.
Solamente la excepción de la nacionalidad es explicable en el siglo XXI en aquellos Estados que tienen prohibida la entrega de nacionales en sus normas constitucionales, como por ejemplo el Brasil.
Porque justamente, los Estados en primer lugar no deberían de obstruir la Justicia y además, probado está que la obligación de juzgarlos en su territorio no siempre se cumple entre otras razones porque el juez penal del Estado requerido deberá de aplicar Derecho Penal interno del Estado requirente, lo cual supone conocerlo, y además interpretarlo correctamente. Cabe recordar al respecto, lo previsto no sólo en muchos tratados de extradición y en los instrumentos multilaterales antes citados sino en el propio Acuerdo de Extradición entre los Estados Parte del MERCOSUR de 1998 y entre estos y los Estados Asociados (art.11 numeral 1), en el que se lo prevé como causal de denegación de la extradición pero facultativa y no obligatoria, como lo preveía el viejo Tratado de Extradición de Uruguay con Italia, según acabamos de ver.
6) VIA DE TRASMISION.
Acá se presenta otra diferencia entre ambos Tratados. El actual prevé en su Art. V la vía diplomática para dicho instrumento. Si bien esa norma alude al arresto preventivo, en tanto no existe otro artículo que refiera a la vía, cabe concluir que también es la vía diplomática la establecida para el envío de la solicitud de extradición. El nuevo Tratado en cambio, en su art. 6 prevé la vía Autoridad Central y no la diplomática, como es lo habitual en todos los tratados de extradición suscriptos por el Uruguay, En Italia es el Ministerio de Justicia y en Uruguay el Ministerio de Educación y Cultura.
Creemos que es una solución inconveniente por varias razones.
En primer lugar porque siempre los Tratados de Extradición suscritos por el Uruguay prevén la vía diplomática para el envío y recepción de las solicitudes de extradición. En segundo lugar porque no existen razones para cambiar lo antedicho. Y menos cuando en el Uruguay no existe un Ministerio de Justicia como si en Italia y en muchos otros Estados del orbe. Al no existir un Ministerio de Justicia, con más razón la autoridad competente prevista debió de ser el Ministerio de Relaciones Exteriores. Máxime si se tiene en cuenta el actual funcionamiento del Ministerio de Educación y Cultura como autoridad central, que ha convertido a la vía en lenta y burocrática, desnaturalizándola totalmente.
7) SOLICITUD DE EXTRADICION Y DOCUMENTOS NECESARIOS.
El actual Tratado regula este punto en el Art. VI, aunque no es muy detallista al respecto. Establece que deberá el Estado requirente enviar por la vía diplomática original o copia auténtica del arresto o condenación del acusado, o la sentencia condenatoria del reo evadido de su prisión, expedido por la autoridad competente con las formas prescriptas por la legislación del país que demanda la extradición debiendo también especificar la naturaleza y gravedad de los hechos imputados o probados, la penalidad aplicable a tales hechos aplicable y acompañar las señas características del acusado, condenado o evadido de su prisión.
En el nuevo Tratado, la solicitud de la extradición así como los documentos que deben ser acompañados están previstos por el art. 7. Allí se preceptúa, en el numeral 1 que la demanda extradicional debe presentarse por escrito y ser acompañada de los documentos que indiquen: autoridad competente del Estado requirente; toda la información disponible del reclamado tal como nombre, fecha de nacimiento, sexo, nacionalidad, domicilio, otros datos para su identificación así como los elementos para su localización en el Estado requerido, fotografía y huellas dactilares. Asimismo deberá acompañarse de una relación de los hechos constitutivos de delito por el cual se pide la extradición, con indicación de fecha y lugar de comisión de los mismos, y su calificación jurídica por el Estado requirente.
El texto de las disposiciones legales que tipifican y sancionan el delito por el que se reclama la extradición así como las normas de jurisdicción que confieren la misma al Estado requirente, también deben ser adjuntados a la demanda extradicional. El numeral 2 del art. 7 exige que la demanda de extradición sea acompañada además de la copia de la orden de detención dictada por autoridad competente del Estado requirnete o en su caso, copia de la sentencia firme y en condición de ser ejecutada. El pedido de extradición así como los anexos estarán redactados en el idioma oficial del Estado requirente y deberán estar acompañados por traducción al idioma oficial del Estado requerido. Finalmente, en lo atinente a formalidades del pedido, se preceptúa que toda la documentación trasmitida en virtud de este Tratado estará exenta de legalización o apostillado, lo cual es absolutamente lógico por transitar la misma por vía oficial.
8) INFORMACION COMPLEMENTARIA.
El viejo Tratado prevé lateralmente este tema en el art. VII que veremos en el numeral siguiente, y el nuevo Tratado si lo hace expresamente en su art. 8. Se establece que el Estado requerido tendrá a partir de la recepción de la demanda extradicional, un plazo de 45 días para solicitar información complementaria, si entiende que falta. Si el Estado requerido no pudiere enviar la misma al Estado requirente dentro de ese plazo podrá pedir por única vez una prórroga de 20 días corridos. Si vencidos los plazos indicados no se recibiera por el Estado requerido la información complementaria solicitada, la consecuencia será que se tendrá por no presentada la demanda de extradición de la persona reclamada, lo que no impedirá que se presente, con posterioridad, una nueva demanda de extradición de la misma persona y por el mismo delito.
9) DECISIÓN.
En lo atinente a la decisión del pedido de extradición, el Tratado vigente refiere a ello en su art. VI, segundo párrafo, y establece que el Estado requerido pasará el pedido a los Tribunales de Justicia, los cuales, con audiencia de la parte interesada, se pronunciarán sobre la solicitud de extradición.
Y agrega en el art. VII, referido más que al fondo a la ausencia de la información exigida, que si pasados tres meses desde el arresto provisorio del reclamado, la parte requirente no presentare los documentos exigidos, el detenido será puesto en libertad y no podrá ser preso nuevamente por el mismo delito.
El nuevo Tratado regula el tema en su art. 9) “Decisión”, preceptuando que el Estado requerido decidirá sobre la solicitud de extradición de conformidad con la normativa procesal penal interna, de lo cual informará prontamente al Estado requirente acerca de la misma. El numeral 2 de dicho artículo obliga al Estado requerido que deniega total o parcialmente el pedido a notificar al Estado requirente de los motivos de dicha denegación.
10) PRINCIPIO DE ESPECIALIDAD.
En el Tratado actual se regula muy escasamente por el art. III, al referirse al delito político como exceptuado de la extradición y establecer que la persona reclamada no podrá ser enjuiciada por ningún otro delito anterior al que motiva la entrega. En cambio el nuevo Tratado, regula este tema más detalladamente en su art. 10, que tiene el “nomen juris” “Principio de Especialidad” y reza que la persona extraditada no podrá ser sometida a ninguna medida privativa de libertad en el Estado requirente por ningún otro delito cometido anteriormente a la entrega y distinto del que haya dado lugar a la extradición salvo que el reclamado haya vuelto al Estado requirente en forma voluntaria o no haya abandonado el territorio de la parte requirente dentro de los 45 días desde cuando haya tenido la posibilidad de hacerlo, salvo por causas de fuerza mayor, en cuyo caso no corre dicho plazo. Tambien es una excepción cuando el Estado requerido consienta de conformidad con las condiciones y límites del Tratado.
Agrega el numeral 2 del art. 10 una circunstancia tampoco prevista en el Tratado viejo. Es la que refiere a que cuando la calificación jurídica del hecho imputado sea modificada en el proceso, el extraditado podrá ser acusado y juzgado por el delito nuevamente calificado a condición que los hechos en los que se basa la nueva tipificación sean los mismos que dieron fundamento a la extradición y que ella hubiera procedido de la misma manera, conforme al Tratado.
11) REEXTRADICIÓN A UN TERCER ESTADO.
Este instituto tampoco fue previsto en el Tratado antiguo pero sí lo fue por el nuevo en su art. 11, que tiene ese “·nomen juris”. La norma establece que sin el consentimiento del Estado requerido, el Estado requirente no podrá entregar a la persona reclamada a un tercer Estado y que sea reclamada por ese Estado por delitos cometidos anteriores a la fecha de la entrega al Estado requirente. Tampoco se podrá entregar al extraditado a un tercer Estado respecto del cual el Estado requerido haya otorgado asilo político, refugio u otra forma de protección internacional. Lo cual también luce como absolutamente lógico.
12) DETENCION PROVISIONAL O ARRESTO PREVENTIVO.
Esta medida de tipo cautelar, para evitar la fuga del reclamado, está regulada por el viejo así como por el nuevo Tratado, aunque con diferentes extensiones y detalles, como es lógico.
El viejo Tratado lo regula en el art. V simplemente diciendo que se puede pedir el arresto preventivo por parte del Estado requirnete. Será el art.VII el que refiera que vencidos los 90 días del arresto, si no llegare la documentación de la extradición, el arrestado deberá ser puesto en libertad y no podrá ser detenido nuevamente por el mismo delito.
En el nuevo Tratado el instituto cautelar está previsto por el Art. 12, con el “nomen juris” “Detención Provisional”.
Allí se establece que por medio de Interpol o de las Autoridades Centrales, podrá el Estado requirente solicitar la detención provisional de la persona reclamada. El pedido de arresto preventivo debe cumplir con la documentación prevista por el art. 7, numeral 1, lits.a,b y c, que ya analizamos más arriba. El Estado requerido debe asegurar la custodia del detenido e informar al Estado requirente. Se establece que en el plazo de 60 días corridos prorrogables por 10 días corridos más, si no llegare la demanda extradicional en forma, el detenido será puesto inmediatamente en libertad. Ello no impedirá que si posteriormente llegare el pedido de extradición en forma, el reclamado pueda ser extraditado al Estado requirente.
13) CONCURRENCIA DE SOLICITUDES DE EXTRADICIÓN PROVENIENTES DE VARIOS ESTADOS.
El viejo Tratado prevé este tema escuetamente en el art.X y establece que la prioridad en la extradición la tendrá el Estado que reclamara por la comisión de un delito mayor y siendo de igual gravedad, tendrá preferencia el que lo hubiera reclamado primero (“prior in tempore”). El nuevo Tratado lo hace en su Art. 13. Dicha norma establece un orden lógico para la preferencia en la entrega del reclamado, sea por el mismo delito o por distintos delitos: el Estado que haya asumido primero jurisdicción en la persecución del delito (“prior in tempore”); la gravedad de los delitos; si las solicitudes tienen base o no en tratados; tiempo y lugar de la comisión del delito; nacionalidad, ciudadanía, domicilio y residencia habitual de la persona reclamada; las fechas de las presentaciones de las solicitudes (aquí también referida al tiempo como la primera enunciada) y la posibilidad de una reextradición posterior al otro Estado parte.
14) ENTREGA DE LA PERSONA RECLAMADA.
En este tema el Tratado viejo no tiene previsión expresa, salvo la ya citada de la detención provisional. En cambio, el nuevo Tratado prevé con detalle el punto en su art.14 (“Entrega de la persona”).
Establece que el Estado requirente que obtuvo del Estado requerido una resolución firme de extradición del reclamado dispone de un plazo de 45 días corridos desde que dicho Estado tomó conocimiento de la resolución de extradición.
Si dicho plazo venciera sin que el Estado requirente se hiciera cargo del traslado del reclamado, salvo casos de fuerza mayor debidamente acreditados, el Estado requerido pondrá inmediatamente en libertad al mismo y la consecuencia es grave para el requirente porque no podrá volver a solicitar la extradición de la misma persona por el mismo delito.
Se prevé que si el reclamado se fugara del Estado requerido antes de la entrega al Estado requirente, dicha persona podrá ser nuevamente extraditada con base a una nueva solicitud (Numeral 5 del art.14).
15) ENTREGA DIFERIDA Y ENTREGA TEMPORAL.
En lo que atañe a entrega diferida, el viejo Tratado la regula en su art. VIII, que prevé que la entrega del reclamado extraditado por el Estado requerido, cuando la persona esté procesada o condenada en el mismo, quedará suspendida hasta que fuere absuelto o cumpliere la pena impuesta en dicho Estado.
El nuevo Tratado regula el punto de la entrega diferida pero además prevé la entrega temporal, en su art.15, que tiene ese mismo “nomen juris”. La norma establece que la suspensión de la entrega podrá ser hasta la finalización del proceso o el cumplimiento de la pena (Numeral 1). También podrá diferirse la entrega por razones de salud (Numeral 3). Y en el numeral 2 se prevé la entrega temporal del reclamado del Estado requerido al requirente por el tiempo que se convenga, a fin de permitir el desarrollo de un proceso penal que se lleve adelante en el segundo. Ese período de detención cumplido en el otro Estado será computado a los efectos de la pena por ejecutar en el Estado requerido.
16) ENTREGA SIMPLIFICADA.
El viejo Tratado naturalmente que no la prevé dada su antiguedad pero sí en cambio la regula el Tratado nuevo en su art. 16, bajo el “nomen juris” de “Procedimiento Simplificado de Extradición.”
El reclamado podrá aceptar ser extraditado bastando la documentación que el Estado requirente envió para el arresto preventivo del mismo (Numeral 1). El otro requisito importante es que el reclamado haya prestado el consentimiento para la entrega al Estado requirente con asistencia de su defensor ante la autoridad competente del Estado requerido, (Numeral 2) la que deberá de informar al extraditado su derecho a valerse de un procediento formal de extradición así como de la irrevocabilidad de su decisión una vez que la adoptare. Se requiere que el consentimiento sea prestado en acta judicial (Numeral 3).
17) ENTREGA DE BIENES.
Se prevé en ambos Tratados. En el viejo por el art.XII y en el nuevo por el art. 17.
En el actual instrumento se establece la entrega al Estado requirente de todos los bienes incautados por el Estado requerido incluso aunque la extradición no llegara a concretarse.
En el nuevo Tratado existe una regulación mas detallada.
Alcanza a los bienes usados para cometer el delito o que procedan del delito y hayan sido hallados a disposición del reclamado o incluso con posterioridad. (Numeral 1).
Tambien aquí se dispone (Numeral 2) que la entrega de bienes procede aunque finalmente la extradición no tenga lugar por muerte, desaparición o fuga de la persona reclamada.
El Numeral 3 prevé la entrega diferida a la conclusión de un proceso penal local y la entrega temporaria de bienes del Estado requerido al Estado requirente de la extradición, a condición que le sean devueltos.
Por fin, la entrega de bienes prevista no podrá significar daño para el Estado requirente ni para terceros. (Numeral 4).
18) TRANSITO.
El mismo no está regulado en el Tratado antiguo y sí lo está en el nuevo en el art. 18 bajo el mismo “nomen juris”.
Sigue las soluciones clásicas. Se prevé que cada Estado podrá autorizar el tránsito por su propio territorio de una persona entregada al otro Estado por un tercer Estado de conformidad con el Tratado. (Numeral 1). La petición será enviada de un Estado al otro con detalle de la persona en tránsito y de un breve relato de los hechos relativos al caso, debiendo acompañar copia de la resolución que haya concedido la extradición (Numeral 2).
Se preceptúa que el Estado de tránsito debe proveer a la custodia de la persona en tránsito durante la permanencia en su territorio.
También como es de estilo, se prevé que el mero tránsito aéreo de sobrevuelo del territorio de un Estado, sin que esté prevista ninguna escala en el territorio del Estado de tránsito, no requerirá de ninguna autorización de parte de éste.
Si se verificara una escala, el Estado de tránsito retendrá a la persona extraditada por hasta 96 horas a la espera de la llegada de la petición de tránsito (Numeral 4).
19) GASTOS.
Es un tema regulado en ambos Tratados. En el viejo por el art. XIV y en el nuevo por el art. 19.
El primero establece que los gastos de captura, custodia, manutención y conducción del extraditado serán de cargo de cada gobierno dentro de los límites de sus respectivos territorios, así como la entrega de los bienes. Los de conducción matítima serán de cargo del Estado requirente. Pensemos que por el año en que se celebró este Tratado era normal que se previera la entrega por barco del extraditado.
En el Tratado nuevo, se establece que el Estado requerido correrá con todos los gastos relacionados con el procedimiento derivado de la solicitud de extradición. (Numeral 1).
El Estado requerido pagará los gastos para la detención del reclamado y para el mantenimiento de la custodia hasta la entrega al Estado requirente, así como los gastos relativos a la incautación y custodia de los bienes indicados en el art. 17 (Numeral 2).
El Estado requirente, a su vez, se hará cargo de los gastos necesarios para el transporte del extraditado y de los bienes incautados, así como los gastos que refiere el art.18 (Numeral 3).
20) INFORMACION POSTERIOR A LA ENTREGA DEL EXTRADITADO.
No está regulada en el viejo Tratado y en el nuevo se hace por el art.20 en el que se obliga al Estado requirente a informar al Estado requerido acerca del procedimiento o sobre la ejecución de la condena impuesta a la persona extraditada o sobre la información de esa persona a un tercer Estado.
21) CONFIDENCIALIDAD.
El viejo Tratado nada establece mientras que el nuevo lo prevé en el art. 22. Las partes pactan que mantendrán en todo momento la confidencialidad de la información y documentación manejada en cada caso de extradición.
Es una norma muy conveniente a fin de asegurar la existencia de un clima de confianza en las relaciones entre los Estados parte del Tratado.
22) SOLUCION DE CONTOVERSIAS QUE SURJAN DE LA APLICACION DEL TRATADO.
Para ello el viejo Tratado en el art.XVI prevé que se hagan por comisiones arbitrales, con elección de los árbitros elegidos por los Estados parte.
El nuevo la regula por el art. 23 y establece la resolución de las mismas por la vía diplomática o por los medios pacíficos admitidos y aceptados por el Derecho Internacional.
III) Conclusiones.
Sin dudas que nos encontramos frente a un progreso con las soluciones que prevé el nuevo Tratado frente a las antiguas del actual. La previsión de la extradición simplificada, de la entrega diferida y de la temporal, la previsión del tránsito y otras de las que carece el Tratado de 1879 hacen altamente aconsejable la aprobación y vigencia del nuevo instrumento bilateral. Como crítica constructiva, entendemos que debíó de preverse la vía diplomática para la trasmisión de las solicitudes, como lo hacen todos los Tratados de Extradición suscritos por el país, al no existir además Ministerio de Justicia en Uruguay como sí tiene Italia, y no designar autoridad central al Ministerio de Educación y Cultura, por los fundamentos expuestos en el numeral correspondiente.
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